CAPÍTULO 1.
LA EVALUACIÓN COMO HERRAMIENTA DE CAMBIO EDUCATIVO: EVALUAR LAS EVALUACIONES.
DIME COMO EVALÚAS Y TE DIRÉ CÓMO
APRENDEN TUS ALUMNOS.
Autores: C. Monere, M. Castelló y I. Gómez
Alumna: Leticia Tlatenchi Tlatenchi
Como
bien lo señala el autor “Enseñar y evaluar son dos caras de una misma moneda
que se distinguen por la intencionalidad con que se realizan y por las decisiones
que derivan de este proceso”. La evaluación juega un papel importante en el aprendizaje
de los alumnos, sin embargo, frecuentemente se le da un sentido objetivista, es
decir, que únicamente sirve para clasificar y seleccionar a los alumnos para tomar
decisiones académicas, donde se evalúan únicamente hechos y conceptos recayendo
así en un aprendizaje memorístico, evalúa
de manera individual y aislada con ejercicios haciendo uso de lápiz y papel con
limitaciones principalmente de tiempo. Otro sentido es el constructivista donde
la evaluación del aprendizaje es para conocer cómo aprende el alumno y proporcionarle
ayuda, dando mayor importancia al desarrollo de las competencias necesarias
para que los alumnos puedan enfrentar
cualquier situación problemática de la vida real en cualquier contexto.
El aprendizaje
de los alumnos depende de muchos aspectos de interacción, de acuerdo a esto, el
aprendizaje puede ser profundo, funcional, duradero o de lo contrario frágil;
así mismo la evaluación tiene una gran carga, razón por la que frecuentemente los
alumnos aprenden para la evaluación, esto se convierte en poco esfuerzo que se
extingue tan pronto pasa este proceso siendo así un aprendizaje memorístico.
Cuando en una evaluación
intervienen la solución de
problemas o conflictos de la vida diaria en los que los alumnos tienen que
argumentar sobre dichas situaciones, entonces el aprendizaje se vuelve
significativo, por lo que aprenderán para la vida y no para evaluación.
Sin
embargo, el papel del docente es de gran importancia en la enseñanza puesto que
muchos profesores tienden a evaluar de forma parecida a la que enseñan, parecería
adecuado pero en realidad no lo es. Cuando la evaluación no se entiende como
una simple reproducción de lo enseñado sino como la integración personal de lo
aprendido, entonces se produce un nuevo a aprendizaje, es decir, que el alumno
construya su propio aprendizaje a partir de lo que ya sabe según el contexto
social y cultural, las experiencias educativas previas y las actitudes hacia el
aprendizaje del alumno.
Es por
eso que un profesor experimentado evalúa continuamente a sus alumnos al impartir
sus clases, toma en cuenta las dudas, las preguntas, comentarios, ejercicios; mientras
que cuando la evaluación es considerada como una actividad únicamente por el profesor,
elimina las posibilidades de que los alumnos puedan aprender de sí mismos o de
sus compañeros.
Es importante
no dejar a un lado alternativas didácticas, durante la evaluación, que fomentan
el aprendizaje de los alumnos evaluados, como lo es retroalimentar sobre sus
logros y resultados. Frecuentemente la evaluación es un simple examen que
arroja resultados cuadrados y memorísticos que no ayudan al desarrollo de habilidades
y capacidades de los alumnos; es por eso que la exigencia de las actividades de
clase deben ser más elevadas que las del examen, una evaluación continua
arrojará mejores resultados que una evaluación al finalizar un periodo; de aquí
la importancia de evaluar durante la enseñanza. Mediante la autoevaluación y
coevaluación los alumnos pueden aprender de la corrección de las tareas de modo
que les sirvan de referentes para su aprendizaje: un portafolio, un diario de
aprendizaje o una web temática serían posibles medios para este tipo de evaluación.
La sociedad
actual demanda nuevas exigencias, razón
por la que la evaluación debe dar un rumbo “auténtico” en donde la enseñanza y
la evaluación tengan vinculación con la realidad de los alumnos, sean de
relevancia para aumentar la motivación del alumno adentrándolo en algo que sea
de gran utilidad en su vida diaria, así mismo, que promueva la socialización del
alumno, capaz de utilizar un vocabulario adecuado y herramientas propias del
contexto donde se desarrolla y mediante esto, crear identidad como ciudadano.
Es necesario
transformar las pruebas tradicionales en pruebas auténticas, más que un sistema
de evaluación sea un sistema de enseñanza; como docentes, estemos
familiarizados con la evaluación a través de actividades realizadas en clase,
que sean realistas, de relevancia y de socialización, con el fin de que los
alumnos construyan su propio aprendizaje
a partir de sus logros y resultados,
surgiendo así un aprendizaje significativo en el alumno, siendo capaz de
resolver problemáticas que se le presenten en cualquier contexto. Por ello, como docentes
debemos desarrollar la competencia para
evaluar de forma más coherente con la enseñanza.